Conseguí lo que quería.
Han subido como la espuma.
Entráis a todos los trapos.
La gente es... indescifrable... Símplemente asombrosa, lástima que se malogren de esa manera.
La tipografía es la ropa de las letras, y su sastre es el encargado de transformarlas en belleza. Crea letras, crea frases, crea líneas, crea párrafos, crea textos, crea libros, pero crea algo. No hay nada más maravilloso y locuaz que transmitir belleza con símbolos cicateros sin atractivo. ¡Escribe!
Si te enteras de que alguien está usando los textos de este blog como si fueran de su propiedad, te ruego que me lo notifiques para tomar las medidas oportunas. ¡Gracias!
martes, 14 de septiembre de 2010
sábado, 11 de septiembre de 2010
Duras decisiones. (parte 2)
- Jonsey - Dijo Jeff con un tono comprensivo - Tienes que hacerlo; es la misión.
Jonsey seguía con la mirada fija en el cuerpo del pequeño, y el dedo fuera del gatillo.
- No puedo hacerlo Jeff..
Su voz sonaba temblorosa, pero no por el frío que penetraba en su cuerpo en esas heladas montañas, sino por el nerviosismo que originaba ese dilema moral al que se enfrentaba.
"estamos en guerra, es una maldita guerra. Los guerreros como yo, matamos gente, siempre ha sido así". Intentaba autonvencerse de que debía disparar. "Muchos dirigentes de estado matan miles de personas todos los días, y entre ellos niños, mujeres, y ancianos, y ¿acaso duermen preocupados? no, duermen magníficamente en sus lujosas camas con sábanas de seda tejida con la sangre de los inocentes, así que ¿por qué no vas a acabar con la vida de ese maldito crío?".
Pero por mucho que lo intentara no podía dejar de pensar en que ese chaval con abrigo negro hasta los tobillos, de pelo rubísimo en forma de casco resbalando por su frente tapando una mirada azul muy oscura, no llegaría ni a los 10 años.
- Jon... dispara - Dijo Jeff transmitiéndole directamente todo lo que le decían por la radio.
Jonsey puso el dedo en el gatillo. "estamos en guerra, estamos en guerra".
- Dispara Jon.
- No puedo...- Dijo Jonsey Jadeando.
- Claro que puedes Jon, es la misión. Es una guerra, y en las guerras muere gente. Debes decidir, o la vida de ese mocoso o la de la mitad de nuestros compatriotas.
- No puedo disparar...
La tensión se podía cortar con un cuchillo. la cruceta de la mirilla de su arma apuntaba al corazón del chico, que estaba sentado en uno de los bancos de la plaza central de aquella aldea en mitad de las montañas. A su derecha y a su izquierda le acompañaban dos soldados escoltándole hasta que llegara su padre.
- Dispara, ¡ahora!
- ¡No puedo, maldita sea, no puedo cargarme a un niño!
- ¡Dispara!
- ¡Joder, no puedo!
Las lágrimas empañaban las gafas tácticas de Jonsey. No podía pensar, no podía aclararse. Un barrullo de pensamientos se arremolinaba en su cerebro, impidiéndole actuar
- ¡Maldita sea, Jonsey, métele una bala en el pecho a ese puto niño! ¡Cárgate al hijo del cabronazo que nos matará a nosotros y a toda nuestra jodida familia si no disparas!
- ¡No!
- ¡¡¡Mátale!!!
La voz del Spotter retumbó en las montañas nevadas. Jonsey soltó un grito, y todo se paralizó. Sin pensarlo, y víctima del nerviosismo, apretó el gatillo.
La bala atravesó cientos de copos de nieve. Se podía observar toda la trayectoria de la bala surcando la nieve. El proyectil llegó a su destino, y atravesó el pecho del joven. Todos los soldados se levantaron y empuñaron su armas, apuntando a todos lados, pero sin saber a dónde apuntaban. El cadáver del niño estaba tirado en el suelo, y en la pared y el respaldo del banco donde estaba sentado se observaba una inmensa mancha roja, y en el centro un agujero de un centímetro y medio de diámetro.
Jonsey abrió los ojos, se levantó rápidamente seguido por su Spotter. Ya no pensaban, y se marchaban al punto de extracción.
- Has hecho lo que debías.
Dijo Jeff tratando de animar a su amigo. Y los dos se alejaron con el trabajo hecho.
Puede que evitaran la muerte de unos cuantos, puede que cumplieran la misión, pero estaban vacíos. Vacíos por dentro.
Misión cumplida.
Jonsey seguía con la mirada fija en el cuerpo del pequeño, y el dedo fuera del gatillo.
- No puedo hacerlo Jeff..
Su voz sonaba temblorosa, pero no por el frío que penetraba en su cuerpo en esas heladas montañas, sino por el nerviosismo que originaba ese dilema moral al que se enfrentaba.
"estamos en guerra, es una maldita guerra. Los guerreros como yo, matamos gente, siempre ha sido así". Intentaba autonvencerse de que debía disparar. "Muchos dirigentes de estado matan miles de personas todos los días, y entre ellos niños, mujeres, y ancianos, y ¿acaso duermen preocupados? no, duermen magníficamente en sus lujosas camas con sábanas de seda tejida con la sangre de los inocentes, así que ¿por qué no vas a acabar con la vida de ese maldito crío?".
Pero por mucho que lo intentara no podía dejar de pensar en que ese chaval con abrigo negro hasta los tobillos, de pelo rubísimo en forma de casco resbalando por su frente tapando una mirada azul muy oscura, no llegaría ni a los 10 años.
- Jon... dispara - Dijo Jeff transmitiéndole directamente todo lo que le decían por la radio.
Jonsey puso el dedo en el gatillo. "estamos en guerra, estamos en guerra".
- Dispara Jon.
- No puedo...- Dijo Jonsey Jadeando.
- Claro que puedes Jon, es la misión. Es una guerra, y en las guerras muere gente. Debes decidir, o la vida de ese mocoso o la de la mitad de nuestros compatriotas.
- No puedo disparar...
La tensión se podía cortar con un cuchillo. la cruceta de la mirilla de su arma apuntaba al corazón del chico, que estaba sentado en uno de los bancos de la plaza central de aquella aldea en mitad de las montañas. A su derecha y a su izquierda le acompañaban dos soldados escoltándole hasta que llegara su padre.
- Dispara, ¡ahora!
- ¡No puedo, maldita sea, no puedo cargarme a un niño!
- ¡Dispara!
- ¡Joder, no puedo!
Las lágrimas empañaban las gafas tácticas de Jonsey. No podía pensar, no podía aclararse. Un barrullo de pensamientos se arremolinaba en su cerebro, impidiéndole actuar
- ¡Maldita sea, Jonsey, métele una bala en el pecho a ese puto niño! ¡Cárgate al hijo del cabronazo que nos matará a nosotros y a toda nuestra jodida familia si no disparas!
- ¡No!
- ¡¡¡Mátale!!!
La voz del Spotter retumbó en las montañas nevadas. Jonsey soltó un grito, y todo se paralizó. Sin pensarlo, y víctima del nerviosismo, apretó el gatillo.
La bala atravesó cientos de copos de nieve. Se podía observar toda la trayectoria de la bala surcando la nieve. El proyectil llegó a su destino, y atravesó el pecho del joven. Todos los soldados se levantaron y empuñaron su armas, apuntando a todos lados, pero sin saber a dónde apuntaban. El cadáver del niño estaba tirado en el suelo, y en la pared y el respaldo del banco donde estaba sentado se observaba una inmensa mancha roja, y en el centro un agujero de un centímetro y medio de diámetro.
Jonsey abrió los ojos, se levantó rápidamente seguido por su Spotter. Ya no pensaban, y se marchaban al punto de extracción.
- Has hecho lo que debías.
Dijo Jeff tratando de animar a su amigo. Y los dos se alejaron con el trabajo hecho.
Puede que evitaran la muerte de unos cuantos, puede que cumplieran la misión, pero estaban vacíos. Vacíos por dentro.
Misión cumplida.
domingo, 5 de septiembre de 2010
Duras decisiones. (parte 1)
2023 - Algún lugar de Noruega.
Las relaciones entre Rusia y Noruega se han enfríado demasiado.
El grupo Ultranacionalista Ruso y los simpatizantes con el alntiguo régimen comunista han liberado una guerra civil sangrienta y macabra que se extiende por toda Rusia.
Noruega, Finlandia, Suecia, Francia e Italia participan en ese conflicto. Los amerianos aprovechan para realizar invasiones en los países bajos e intentar reafirmar su relación con Rusia.
Y un Francotirador y su Spotter aguardan en la cresta de una duna de nieve en algún lugar de Noruega.
- ¿Novedades? - Dijo Jonsey por su radio, con el rifle apoyado en las pocas rocas que sobresalían de la cresta de nieve en ese paráje desértico. Sólo se observaban montañas y más montañas cubiertas de una nieve espesa y dura.
El Francotirador, de la 25th Division llevaba un traje blanco mimetizado, con motas negras y grises formando figuras geométricas cuadradas superpuestas, con unas botas blancas con control térmico.
Su cara estaba oculta por unas gafas tácticas y un casco con visión infrarroja, térmica, y con 3 aumentos, de color blanco con raíles grises. La máscara con forma de calavera que le cubría la parte de abajo de la cara ocultaba el micrófono por el que se comunicaba con su Spotter, a sólo 50 centímetros de él.
- Intento divisar al objetivo- Dijo Jeff mirando por sus prismáticos al lugar objetivo: Un pueblo recóndito en algún lugar de Noruega.
- ¿Quién es el objetivo? - Dijo Jonsey sin apartar la vista de la retícula de la mira de su arma.
- Creo - Jeff vaciló - Creo que es el hijo del general Svkraussen, de la 9th división de Infantería de los Rangers del ejército Noruego.
- Vaya... Parece que pagamos por los pecados de nuestros padres, ¿eh?
- Mucho me temo.
- ¿Qué ganaremos con eso?
- Interrumpir los envios de armas y munición que esperan los noruegos. El General Svkraussen paralizará a todo su ejército si hace falta por su hijo, y entonces aprovecharán los paracaidistas para intervenir y tomar esta zona.
- Comprendo.
Se quedó todo en silencio y sólo se escuchaba el rumor del viento, con esos minúsculos copos de nieve chocando contra ellos y enfriando cada vez más su cuerpo.
De repente Jeff reaccionó, y se le heló la sangre:
- Objetivo divisado, coordenadas: Delta, 34, Xray, 745, Foxtrot, Y griega, 234, mil quinientos metros al noroeste de nuestra posición.
Jonsey se incorporó y se acercó más a la mirilla. Oteó la posición de las coordenadas que había reibido, y preguntó la descripción del objetivo. Al esuharla abrió mucho los ojos, y el corazón se la paralizó.
- Diles que confirmen la órden...- Pidió Jonsey con el dedo fuera del gatillo, y muy nervioso.
Jeff desvió la mirada de sus prismáticos y fijó sus irises negruzcos en la cara de Jonsey.
- ¿Cómo dices, Jon? - Preguntó incrédulo.
- He dicho que confirmes la orden, Jeff. - Dijo tan alto que su Spotter no necesitó la radio para escucharle incluso con todo ese viento que azotaba las montañas noruegas. - No puedo matar a un niño...
Las relaciones entre Rusia y Noruega se han enfríado demasiado.
El grupo Ultranacionalista Ruso y los simpatizantes con el alntiguo régimen comunista han liberado una guerra civil sangrienta y macabra que se extiende por toda Rusia.
Noruega, Finlandia, Suecia, Francia e Italia participan en ese conflicto. Los amerianos aprovechan para realizar invasiones en los países bajos e intentar reafirmar su relación con Rusia.
Y un Francotirador y su Spotter aguardan en la cresta de una duna de nieve en algún lugar de Noruega.
- ¿Novedades? - Dijo Jonsey por su radio, con el rifle apoyado en las pocas rocas que sobresalían de la cresta de nieve en ese paráje desértico. Sólo se observaban montañas y más montañas cubiertas de una nieve espesa y dura.
El Francotirador, de la 25th Division llevaba un traje blanco mimetizado, con motas negras y grises formando figuras geométricas cuadradas superpuestas, con unas botas blancas con control térmico.
Su cara estaba oculta por unas gafas tácticas y un casco con visión infrarroja, térmica, y con 3 aumentos, de color blanco con raíles grises. La máscara con forma de calavera que le cubría la parte de abajo de la cara ocultaba el micrófono por el que se comunicaba con su Spotter, a sólo 50 centímetros de él.
- Intento divisar al objetivo- Dijo Jeff mirando por sus prismáticos al lugar objetivo: Un pueblo recóndito en algún lugar de Noruega.
- ¿Quién es el objetivo? - Dijo Jonsey sin apartar la vista de la retícula de la mira de su arma.
- Creo - Jeff vaciló - Creo que es el hijo del general Svkraussen, de la 9th división de Infantería de los Rangers del ejército Noruego.
- Vaya... Parece que pagamos por los pecados de nuestros padres, ¿eh?
- Mucho me temo.
- ¿Qué ganaremos con eso?
- Interrumpir los envios de armas y munición que esperan los noruegos. El General Svkraussen paralizará a todo su ejército si hace falta por su hijo, y entonces aprovecharán los paracaidistas para intervenir y tomar esta zona.
- Comprendo.
Se quedó todo en silencio y sólo se escuchaba el rumor del viento, con esos minúsculos copos de nieve chocando contra ellos y enfriando cada vez más su cuerpo.
De repente Jeff reaccionó, y se le heló la sangre:
- Objetivo divisado, coordenadas: Delta, 34, Xray, 745, Foxtrot, Y griega, 234, mil quinientos metros al noroeste de nuestra posición.
Jonsey se incorporó y se acercó más a la mirilla. Oteó la posición de las coordenadas que había reibido, y preguntó la descripción del objetivo. Al esuharla abrió mucho los ojos, y el corazón se la paralizó.
- Diles que confirmen la órden...- Pidió Jonsey con el dedo fuera del gatillo, y muy nervioso.
Jeff desvió la mirada de sus prismáticos y fijó sus irises negruzcos en la cara de Jonsey.
- ¿Cómo dices, Jon? - Preguntó incrédulo.
- He dicho que confirmes la orden, Jeff. - Dijo tan alto que su Spotter no necesitó la radio para escucharle incluso con todo ese viento que azotaba las montañas noruegas. - No puedo matar a un niño...
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