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jueves, 28 de abril de 2011

El regreso

Tengo laceraciones en las almohadillas de las manos, un dolor casi insoportable en las plantas de los pies. Los músculos de las piernas totalmente entumecidos, y apenas puedo dar un paso sin caerme al suelo. Los abdominales mejor no hablar, porque son como un ejército de alfileres trabajando al unísono. El dolor del pecho se traslada a los hombros cada vez que muevo los brazos. No puedo girar las muñecas apenas, y los antebrazos son un festival de contracturas y nudos musculares. Los brazos están casi inútiles del agotamiento y de la sobrecarga.

Los muslos están tan cargados que se podrían usar como tabla para cortar embutido. Y tengo los dos meñiques de los pies hinchadísimos. Me han salido agujetas en la planta, y apenas puedo dar un paso sin retorcerme de dolor. En las manos tengo unos cayos del tamaño de piedras, y necesito ayuda incluso para levantarme de la cama. El cuello me cruje de tal forma que parece que graniza cada vez que lo muevo.

No hablemos de vestirse, ducharse, o ir al lavabo.

Me dí cuenta de que ya no soy el que era, y todos estos años de práctica, sufrimiento, dolor, pérdida de amistades, de dinero, de tiempo. Todos estos años de entrenamiento, técnica, superación, admiración, honor, valía... Todo a la basura.



Y la verdad es que no podría ser más feliz.


"No entrenes para llegar a ser como nosotros. Entrena para llegar a ser tú mismo."

martes, 26 de abril de 2011

Háblalo contigo

El otro día se me pasó por la cabeza la idea de un chico hablando solo. Hasta aquí todo normal, todos hemos hablado solos alguna vez, todos nos hemos puesto a elucubrar variantes de un tema y a pensar en voz alta. Sobretodo en ese momento "ducha" en el que estás tan plácidamente acurrucado sobre el tacto cálido de las gotas de agua surcando el vapor que desprenden ellas mismas. En ese momento que te aburres demasiado y comienzas a pensar. A pensar en voz alta, imaginándote qué harías con un millón de Euros, o recordando la entrevista que viste ayer por la tele, e imaginándote lo que contestarías tú, etcétera.

Pues se me ocurrió la idea de un chico que comenzara a hacer eso que todos hacemos, pero la cosa se fuera yendo de madre, y acabara teniendo una conversación inteligente consigo mismo. Es decir, contestándose contradcitoriamente sus propias opiniones por opiniones aún mejores. No hablo de un amigo imaginario, puesto que este tipo no está loco, símplemente es un nivel ulterior de inteligencia, como una especie de dualidad pero en la función de sublimación artística de la misma.

Y nada, mantiene su propia conversación, él solo en voz alta, pero sin estar loco. No ha pasado todavía la estrecha barrera de la enfermedad, pero sin embargo la gente se queda alucinada cuando pasa por su lado. Cosa obvia, por otra parte, puesto que está hablando consigo mismo pero de forma completamente racional y coherente. Es decir: Está manteniendo una conversación consigo mismo, pero sin ser bipolar, sin tener un amigo imaginario, sin ser esquizofrénico, neurótico, o símplemente pirado de la olla. Un tío con sus amigos, su novia, sus padres, sus estudios y su vida montada a su manera, un tío completamente de la calle. Nada, una persona normal y corriente, pero siguiendo la rutina de la cotidianidad de su vida, acaba descontrolándose y hablando consigo mismo de forma real. Porque todos hablamos con nosotros mismos, cuando pensamos al fin y al cabo no hacemos otra cosa que hablar con nosotros mismos, pero a un nivel atómicopsíquico, que es una palabra que me he inventado.

Y la cuestión es que el tipo habla de todo, absolutamente de todo. No hay un solo tema de conversación del que no le apetezca hablar consigo mismo. Habla de las catástrofes naturales, de videojuegos, de guerras, de literatura, de cine, de música, de todo. Piensa, sólo que reúne el valor necesario para decirlo. Piensa y lo dice, conversa, se conoce, tiene el valor de descubrirse a sí mismo. Piensa en que debe escribir esta idea en algún sitio. Ideas como esta.  ¿No dicen que la mejor forma de conocer a alguien es hablar con ella largo y tendido? Pues hablemos con nosotros mismos, que buena falta nos hace, de una maldita vez.

viernes, 22 de abril de 2011

Aquella tarde de Abril

Una ilusión en espera, impaciente por reencontrarse con la virtud de su existencia, y allí llega. Surcando la vía metálica, se para frente a frente con su ilusión, y se abrazan, lágrimas de felicidad corren a su encuentro y suscitan un ambiente cálido y agradable. Sus rostros se rozan, sus labios se juntan y un corazón mutuo late desenfrenado entre los dos, uniendo almas.


"Siente lo que yo siento, amor mío, mira más allá del placer sexual. No pienses en lo carnal, olvida tu vida terrenal y siénteme. Olvídate de mi como persona física, sal de esa cárcel de piel y huesos y encuéntrate conmigo al otro lado. Juntemos las manos desnudas de nuestras almas entrelazando los dedos. Sintamos el calor de nuestros corazones abrazarse y perderse en la niebla que desprenden nuestros cuerpos acalorados. Fundámonos en una sola persona para sentir el amor que nos tenemos. Que salga toda la pasión ardiente de nuestro cuerpo y nos junte en un único ser capaz de sentir amor. Puro amor, la esencia de su poder. No pienses en el sexo como forma de placer, al menos no ahora. Piensa en él como forma de unión a un ser superior para nosotros. Como un portal a una nueva dimensión en la que sólo existimos tú y yo. Que nuestros corazones latan al mismo ritmo, que se sincronicen y su fuerza se escuche hegemoniosa en todo el universo. Que hasta las estrellas se ruboricen al notar cómo nos sentimos. Busca en tu interior, ese alma pura y bondadosa que todos, muy en el fondo, tenemos dentro, y compártela conmigo. Unamos nuestras almas en una comunión pecaminosa que nos junte para simbiotizar nuestra existencia. Mírame a los ojos y deja que tu mirada penetre en mi, busca en tus sentimientos y busca más allá de lo carnal."


Sudor, uñas, espaldas marcadas, y un reencuentro especial. Un sentimiento etéreo más allá de la realidad. Evoca fuerza.
Por fin nuestros cuerpos se abrazan y se niegan a separarse, se preguntan por qué, por qué de nuevo. Saben que el reencuentro está próximo, pero la sensación de tristeza es inevitable, y se vuelven a abrazar. Y el corazón neutral que revitalizaba a ambos vuelve a latir. Y la sangre vuelve a fluir, como el tren en las vías que aleja dos almas gemelas que, a pesar de la distancia, se seguirán amando eternamente, incluso más allá de donde no hay nada.

lunes, 18 de abril de 2011

Cuestión de fe. Parte 2 (Cristianismo)

Atravesó el halo de misticismo que se ocultaba al final de las escaleras, y llegó a otro nivel, exactamente igual que el anterior, sólo que sin más escaleras que subir, y con el pequeño detalle de un inmenso banquete  delante suyo sobre una mesa de madera de varios metros de largo de color marron oscurísimo. Las tallas de la madera se dejaban ver en un brillo parecidísimo, si no idéntico, al de las columnas que soportaban las escaleras que, a pesar de haber desaparecido delante de sus ojos encuanto hubo pisado el nivel superior, seguía visualizando en su memoria.

Se podían observar todo tipo de manjares y delicias de todas las partes del mundo;  En la parte más cercana descansaba sobre una inmensa bandeja un gran cochinillo asado con una manzana en la boca, adornado con un nido de hojas de lechuga y tomates. Conforme avanzaba la madera, avanzaban los platos, cada uno con una exquisitez propia de cada país del mundo. Desde fuentes repletas de fruta fresca, tan jugosa que parecía como si fueran a estallar de un momento a otro, pasando por enormes panes de arepa rellenos de innumerables tipos de mermeladas y dulces, hasta la carne más tierna asada con la precisión y el arte de un reloj suizo.
La personilla escuálida sintió hambre, y trató de acercarse a la mesa para disfrutar del banquete, puesto que ni siquiera sabía quién era, ni qué era ese lugar, ni cómo había llegado hasta allí, al menos, pensó, podría darse un capricho antes de buscar respuestas. Pero algo llamó su atención de inmediato en cuanto se dispuso a avanzar.

A la derecha de la mesa, colocada solitaria sobre el suelo esponjoso que acariciaba sus pies, se encontraba una puerta en forma de arco conopial, con las mismas tallas en las jambas y en el quicio que las de las columnas y la mesa, brillando como luciérnagas en un lago bien entrada la madrugada. La puerta era bastante simple, de doble apertura, con una madera pintada de blanco, pero sin pomos de los que empujar.
La pregunta era qué pintaba una puerta sin nada detrás, ni a los lados, ni delante suyo, a excepción de la mesa, a la cual no paraba de lanzar miradas de súplica, pues notaba dentro de su cabeza (y de su estómago) la necesidad de incarle el diente a una pata de cordero asada chorreante de aceite, justo delante de las fuentes de chocolate fundido, que brotaban como manantiales marrones y negros con su textura cremosa y azucarada.

De pronto, se escuchó el ruido de un mecanismo, como si estuvieran rodando varios engranajes a la vez, y la puerta se abrió de par en par, emitiendo un sonido seco, como el golpear de una madera hueca contra otra, despidiendo al instante una luz tan blanca capaz de cegar a la propia luminosidad. Y una silueta se materializó delante. Si la luz pudiera asignarse en características y en cualidades a una persona, la visión de aquel ente encajaría perfectamente en su descripción.

Sin mencionar palabra, aquel ente luminoso, se acercó al nuevo ángel que pasaría a formar parte de las filas celestiales, gozando de todos los privilegios de los que se le privó en vida, y multiplicando su felicidad por números que nisiquiera conocemos los humanos."

- ¿Y qué es un ente, abuelo?

- Un ente es algo que no puede catalogarse ni como una persona ni como un pensamiento.

- Comprendo... ¿Y cómo sé que todo eso que me has contado es verdad, abuelo?

- Bueno... Es cuestión de fe.

viernes, 15 de abril de 2011

Cuestión de fe. Parte 1 (Cristianismo)

"Abrió los ojos lentamente, como su los párados le pesaran toneladas, y su mirada describió una linea perfectamente recta. Lo único que vio fue un cielo azul cobalto con alguna nube perezosa que se arrastraba sutil, pero célere sobre la cúpula cristalina. Se notó desnudo. De hecho, si no se hubiera notado desnudo sería un gran problema para su estado mental, ya que, realmente estaba desnudo.
Su primer impulso fue taparse las partes íntimas, pero cuando se incorporó con su raquítico cuerpo para hacerlo, descubrió un paisaje delante suyo. Si es que a esa visión se le puede llamar paisaje, pues consistía en una llanura de dimensiones infinitas, fabricada en su totalidad de una materia blanca y esponjosa, muy parecida a la de las nubes, sólo que mucho más firmes.

La llanura nubosa se extendía hasta que el horizonte cobraba vida y nombre. Un horizonte  anaranjado con tonos violetas. Un horizonte rojizo, con una progresión azul conforme la vista se elevaba emborronada por algún grupo de nubes traviesas en forma de lanzas, que incluso pareciera que le observaran.
Cuando se hubo puesto de pie, se llevó las manos a la cabeza. Observó con gran perplejidad que su flamante melena oscura como las profundidades abisales había desaparecido, para transformarse en una cabellera que más que pelo parecía una procesión de hormigas. La única parte larga que conservaba su cabello consistía de un par de patillas que nacían desde el comienzo de las orejas hasta más allá de la clavícula.
Miró a izquierda y derecha, y sólamente vio nubes, nubes, y más nubes. Se preguntaba una y otra vez dónde diantres estaría, qué había ocurrido, o quién era. La duda recorría su cuerpo, y todo hubiera acabado mucho antes si se le hubiera ocurrido, desde un principio, mirar hacia atrás.

Encuanto su cuerpo viró 180 grados, observo delante suyo unas columnas doradas separadas entre sí por una distancia de 2 metros y medio. Pero no era un dorado de película, ni siquiera un dorado brillante. De hecho tampoco se pudiera decir que pareciera dorado, pues era un color anaranjado, amarillento, y marrón, todo mezclado entre sí. Aún así se podía observar un brillo al contraste de la luz que, supuso, provendría de algún lado, ya que en el cielo no se observaba atisbo de luz alguna. Las columnas poseían unas tallas brillantes, que parecía incluso que se movieran dentro del propio dibujo, conformado casi enteramente por espirales, espirales perfectas.

Entre los dos pilares, se alzaba una escalera completamente recta, fabricada en mármol blanco como las nubes que se encontraba pisando en ese mismo instante, que se difuminaban conforme fueran ascenciendo.
La personilla dudó y, después de cerrar la boca ante el asombro (y el susto) que le había producido el descubrir la estructura que había tenido detrás suyo todo el tiempo, trató de andar hacia las escaleras. Las piernas le pesaban, y notaba los músculos (o al menos esa broma mal pronunciada a la que la naturaleza hbía tenido a bien llamar músculos) entumecidos, pero no había olvidado cómo andar, al menos.
Puso un pie en la escalera, y notó para su sorpresa que su tacto era más cálido de lo que pareciera que pudieran ser. Acto seguido, comenzó a avanzar a paso lento mientras buscaba el inexistente pasamanos.

lunes, 11 de abril de 2011

Fortaleza alimentaria

Unas manos desnudas y vacías, se desesperaban por buscar el alimento. Unas manos jóvenes, pero hambrientas. Unas manos llenas de vida, pero faltas de comida. Unas manos con nubes blancas en las uñas a causa de la falta de calcio. Sin vello y sin arrugas, unas manos sólo buscando comida, unas manos normales, al fin y al cabo.

Abrieron, temerosas, la fortaleza que guardaba su ansiado tesoro, una fortaleza viva y del color de la sangre más pura. Los detalles son completamente prescindibles.

Las garras hambrientas se avalanzaron sobre la segunda barrera que bloqueaba su alimento, y se escuchó el "ras" propio de una sierra cuando topa con un clavo al tiempo que cercena la madera, y quedó todo al descubierto. Toda la superficie de la, hasta ahora inexpugnable fortaleza carmesí. Se observaba el borde circular, con una base metálica desde donde se elvaba el cilindro poseedor de la comida, redondeado y plateado, incrustándose hacia adentro con la fuerza de un titán, y conservando en perfecto estado la ansiada recompensa.

Aquellas manos, que aunque ya no hambrientas, insatisfechas, agarraban con dureza cualquier forma alimenticia que pudiera haber dentro de la fortaleza cilíndrica. Arrasaban con todo vestigio por nimio que fuera de elementos comestibles. Hasta que se pudo observar el borde y las paredes de la fortaleza, unas paredes plateadas, con dibujos en forma de espiral que rodeaban completamente el cilíndro hasta llegar al borde, donde se perdían en una cascada inerte en miniatura forcejeando por penetrar en la parte exterior de la fortaleza dando la vuelta sobre sí mismo.

Al fondo de la fotaleza, sobre su base metálica y poderosa, sólo quedaban migajas de lo que un día fue comida. Sólo los restos de lo que en algún tiempo pasado, sirvió de alimento a jóvenes y no tan jóvenes. Sólo las migas de un bastión casi ompenetrable, pero con un punto muy débil. La flaqueza de sus únicas murallas practicables, y la fiereza de las zarpas hambrientas de un jóven con la necesidad de saciar su apetito.
Había quedado vacío y olvidado, como las malas hierbas que crecen paralelas a los adoquines de la carretera, con los bordes roídos por el uso, y las espirales acartonadas de su interior levantadas por el mismo motivo.



NOTA: Hay que ver lo que se le puede ocurrir a uno en un día de soledad y un par de botes de Pringles, ¿No?

jueves, 7 de abril de 2011

Extraños seres. (parte 1)

" Hemos llegado a un sitio muy extraño, y está muy, muy, pero que muy lejos de nuestro hogar. Desde lejos parece una simple bola azul, pero hemos descubierto que posee muchas particularidades bastante curiosas.
Es un lugar poblado por millones y millones de muy diversas formas de vida, pero prima una sola.
 Estos seres son las criaturas más extrañas que jamás hemos visto. Su forma se podría dividir en 3 partes;
La parte de arriba está formada por un bulto extraño, con infinidad de forúnculos finísimos pegados en el extremo. También, a veces, se encuentran pegados en diversas zonas del bulto que no corresponden a la superior. Adheridos a este extraño apéndice, se encuentran unas bolas acuosas, diferentes en cada forma de vida en color y tamaño. Los seres tienen la capacidad de moverlos a su antojo, y suponemos que se trata de un complicado sistema biológico de detección de peligros.

Más abajo, pasando por un bulto que, suponemos, está colocado de forma accidental con dos fosas practicadas en la parte inferior, se encuentra una cavidad, generalmente más pequeña que el bulto, con un reborde rojizo, y una serie de cuchillas cálcicas en el interior.  Su cometido es la alimentación, pero creemos que también tiene otra utilidad, como relataremos más abajo.

También, a ambos lados y de forma simétrica en paralelo a la forma del bulto, nacen otros dos apéndices más, con forma de valle sinuoso, de profundidad abisal, de círculo mal dibujado, de.... no llegamos a comprender la utilidad de dichas anomalías genéticas, pero por lo visto también es otro sistema de detección de peligro, puesto que cuando alguna onda vibrante se aproxima, o entra en contacto con estos extraños círculos ovoides, el sujeto que los posee reacciona ante el cambio.

El bulto citado anteriormente está en contacto con la segunda parte por medio de un tubo, generalmente más estrecho que la parte uno. La cuestión es que la forma de la segunda parte de estas formas de vida es realmente extraña. La parte más grande está conformada por una gran masa de naturaleza desconocida, y algunos sujetos poseen dos protuberancias más desarrolladas que otros. Cierto es que todo depende del sujeto a estudiar. Lo curioso es que, a cada lado de esta gran masa, nacen otros dos apéndices más. Dos tubos fabricados del mismo material que el resto, y su longitud supera casi el nacimiento del apéndice superior (parte uno) con el inicio de la parte tres. Además, al final de cada tubo... ¡Nacen otros cinco tubos más! pero de mucho menor tamaño.

Hemos observado que utilizan este sofisticado sistema a modo de pinza. Son capaces de sostener en el aire otras formas de vida, u otras formas inertes, pero siempre fabricadas de materia. Al parecer, la antimateria penetra en ellos a cada rato, pero no son capaces de agrrarla ni interactuar con ella.

Los tubitos más finos que brotan de los más grandes son capaces de contraerse y estirarse a la voluntad del sujeto, y el final del último tramo está protegido por una película transparente de procedencia desconocida. Nos es todavía un misterio el por qué cercenan cada cierto tiempo el excedente de esta película translúcida, pero seguiremos investigando.

Su método de sujeción y de desplazamiento reside en la parte tres. Al llegar al final de la masa de la parte dos, nacen otros dos apéndices más, similares a los tubos citados anteriormente, pero con una forma mucho más grande y robusta. Y al igual que sus homólogos superiores, son capaces de doblarse por completo hacia adentro en un ángulo en función de lo que el sujeto determine.

Al final de cada tubo, se encuentra una especie de plataforma amorfa, cuyo sistema de sujeción son otros diez tubos muy similares a los de sus iguales superiores, pero mucho más pequeños. Estas formas de vida se desplazan colocando una plataforma delante de la masa anterior, y cuando terminan de colocarla por completo, trasladan el peso del cuerpo hacia ella, para poder levantar la que habían dejado atrás (pero todavía pegada al cuerpo, porque al parecer no pueden prescindir nunca de ellos), y adelantarla a la que habían puesto delante. Repiten este proceso innumerables veces, y de este modo consiguen desplazarse.

Su modus vivendi es lo que más nos ha sorprendido. Al parecer conocen más de 6.000 formas de comunicación, pero generalmente sólo usan 5 ó 6 en toda la esfera. Suponemos que emiten las ondas sonoras por las cavidades situadas en el bulto superior, y estas llegan a los dos apéndices situados a ambos lados del sujeto, provocando una reacción. A esto lo llaman "hablar". El tamaño de las ondas sónicas puede ser más alto o más bajo, dependiendo del grado de enfado del ser.

Por lo visto conocen la energía nuclear, y eso nos ha llevado a pensar que son formas de vida inteligente, pero hay varios indicios que nos llevan a pensar que es una deducción equivocada, puesto que las pruebas nucleares las realizan en la propia esfera donde viven. Además, cuando las ondas sónicas recibidas por los dos apéndices ovoides del bulto superior superan determinadas cifras, utilizan los tubos adheridos a su masa central para atacarse. También como forma de defensa.

Cuando estas ondas son retransmitidas en determinada frecuencia, dependerá del lugar en el que vibren y/o reverberen para desatar un estado anímico prácticamente desconocido en nuestro hogar. Y es que, ellos mismos utilizan objetos contundentes, o trozos de materia capaz de lanzar objetos muy pequeños a gran velocidad (también formados de materia), atravesando cualquiera de las tres partes de los seres, y cercenan las funciones vitales de sus otros iguales. Cuando esto ocurre, se transforman en antimateria, y sienten la necesidad de desaparecer. Es algo incomprensible.

Ellos mismos se hacen llamar "humanos", y asocian su modo de vida a lo "correcto", lo que denota que carecen de inteligencia. Seguiremos buscando. "

PD: Gracias Lucía. Mirando tus cejas se me ocurrió semejante relato. Curioso ¿No? Creo que por cosas como este texto es por lo que me llaman loco. Jaja. ¡Gracias de nuevo!

lunes, 4 de abril de 2011

Dignidad etílica.

- "Eh, tú... ¡Sí, tú! A tí te hablo. ¿Qué pasa? ¿Acaso no me reconoces?

Claro, prefieres seguir como hasta ahora ¿no?

Vamos, sigue tirando tu vida, pedazo de escoria. Vuelve a agarrar esa botella, como cada sábado. Vuelve a perder tu dignidad. ¿Sabes qué? Yo ya no puedo hacer nada más. ¿Quieres seguir destrozando tu vida de esa manera tan triste? Adelante. A mí nunca me escuchas.

Sal de nuevo, como cada sábado. Ínflate de orgullo y traga todo lo que puedas. Vamos, tu infierno particular te espera. Sal como cada sábado, y pierde de nuevo tu dignidad. Sí, a tí te hablo, estúpida descerebrada.
No puedo creer que en los tiempos que corren tú, cerebro de ameba, tengas más tetas que cerebro. ¡Mírate bien! Un esperpento sin ningún futuro, sin ninguna posibilidad.

- 'Por una sola vez no pasa nada, además yo sé que no me voy a enganchar'

¿¡Pero te estás oyendo!? Esa frase delata tus verdaderos sentimientos. Esa frase deja bien claro que ya estás enganchada.
Cada noche, cada sábado, cada semana de fiestas paso verdadero miedo. Tengo miedo, pero no por mí, sino por lo que puedas llegar a hacer. ¿Te imaginas que salgo de tu cerebro para siempre? Reacciona de una puta vez, maldita sea. Céntrate, busca un lugar en la vida que no esté lleno de bebida y de escasa dignidad etílica. Deja de una vez las tardes de borrachera, tu hígado te lo agradecerá. Deja de una vez de jugar con todas esas cosas, maldita sea. Aunque sea por mí, sólo por mí. ¿Tanto te cuesta? ¿Tan poco importante soy para tí que, pasando de largo ante mis consejos, vanalizas todas mis opiniones? ¡Piénsalo, por favor!"

Sentí como si me hablara mi conciencia. No tengo muy claro si fue ella o el error que se está gestando en mi vientre. No tengo nada claro. No sé si es la hepatitis, la cirrosis, o la afonía permanente. Ya no tengo claro si son los llantos de mis padres, la desilusión de mis amigos, mi propia perdición. Ya no sé si fue aquella tarde de Mayo, o todo lo que vino después, ya no sé si estoy viva o muerta. Desde aquel día, no tengo nada claro. ¿Qué he hecho? Santo Dios ¿¡Qué he hecho!?



domingo, 3 de abril de 2011

10 meses

Un mes tras otro, recuerdo el primer beso como si fuera ayer, algo tácito y espontáneo, como si hubiéramos estado programados para hacerlo.

De pie en la estación, cogiéndonos de la mano, nos fundimos en un abrazo interminable, o al menos no deseaba que se acabara nunca.

Soltaste una lágrima, y pensé en quitarle hierro al asunto. Me separé y quise mirarte a los ojos:
- Me gustan las desp...

Y un cálido suspiro abrazó mi lengua, y unas suaves manos acariciaron mi rostro.

Miles de lágrimas en la despedida, en cada despedida. Pero miles de sonrisas también en los reencuentros, por cada reencuentro.

Dos contra el mundo, una luz al final del tunel. Un alma triste descansa sentada en la más absoluta oscuridad. La rosa de los vientos brilla en la sombra iluminando el rostro encharcado de lágrimas del ánima en pena; una guía en la vida.

Podría escribir cientos de líneas, pero jamás conseguirán describir todo lo que siento.

Te quiero, Ysaura. Por lo que tenemos y por lo que nos queda. Sólo son 10 meses, pero han sido los mejores 10 meses de mi vida, de eso no cabe duda.