Todos los textos que se muestran en este blog son originales, y creados por Daniel Montes, administrador y creador del blog. Si ves cualquiera de estos relatos o textos en otra página que no sea esta, NO pertenecen a esa persona, y significa que han sido copiados.
Si te enteras de que alguien está usando los textos de este blog como si fueran de su propiedad, te ruego que me lo notifiques para tomar las medidas oportunas. ¡Gracias!

lunes, 27 de septiembre de 2010

Sin título

Hoy una persona me ha dicho que se ha enganchado a mi blog. Lo cierto es que me ha hecho mucha ilusión. A todos nos gusta que nos digan que nuestro trabajo sirve de algo y que agrada a la gente.


No tengo nada más que decir por el momento.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Banderas y fronteras.

En México hay cantantes internacionales que exclaman "¡Viva méxico cabrones!" y de momento nadie les coarta. Los Iron Maiden suben al escenario con un esqueleto vestido de soldado en una harley davidson con una inmensa bandera de Inglaterra, y nadie les dice nada.
En colombia, las banderas se colocan incluso como pintura para las fachadas de las casas, y tampoco pasa nada.
En Estados Unidos hay un día de la independencia, odian a los canadienses y a los sudamericanos, igual que a los comunistas y japoneses, y de momento tampoco parece que nadie se haya quejado.

En cambio, aquí en este país, no puedes decir viva España sin que te traten como un nazi franquista con banderas falangistas con un cristo colgado en la cocina y con apoyo directo al PP.

Viva España. Viva España libre de fachas.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Triste realidad.

Son las fiestas de una bella ciudad. Capital de provincia y gran exportadora mundial de los mejores vinos. Celebramos las fiestas conmemorando a un santo, y qué mejor manera de hacerlo... que con el alcohol.
Paseas por el parque sobre las 12 de la nohe, y ves sudamericanos peleándose. Grupos de gente animando la pelea, y no parece importarle una mierda a la policía. Observas charcos de vómito allá por donde pasas, y muchedumbres de niñas de 14 a 17 años tiradas en el suelo, con dos cartones de vino por zapatos, tumbadas sobre un charco de orina y JB.
Las calles se vuelven peligrosas, y miles de personas pierden su dignidad, perdición etílica.
Muchos piensan que controlan, otros caen en alcoholismo, o mueren gracias al coma, cuando sólo buscaban un punto.
Pretendes pasarlo bien, pero sólo puedes observar suciedad y tristeza allá por donde pasas, y no puedes hacer nada por evitarlo.
Tu ciudad, tu hermosa ciudad convertida en un agujero infecto lleno de bichos, en un sucio estercolero repleto de inmundicia que te hace pensar en qué se convierten las fiestas.
Ves pasar a gente, observas a esa zorra que tantísimo daño te hizo restregándose y comiéndole la boca a un cualquiera. Otras personas también te saludan y piensas que podrá llevar tu sangre, pero que no es tu prima, maldita sea.
Ves a tus amigos tirados en el suelo, con los ojos entreabiertos apollados en un bordillo pegajoso. ¿Esta es la imagen que quiero de mis amigos? La fiesta continúa, a pesar de todo, y vamos a bailar.
Observas gente metiéndose polvos por la nariz, triste. Observas niñas restregándose con fiesteros chuloputas de poca monta. "Soy muy decente, hasta que ese chico en las Carpas me restregó la polla por el culo y me sobó las tetas, ahora sólo soy decente".
Observas amigas tuyas que se llevan de la mano a chicos que no conoces. Se descontrolan con la excusa de que es su vida, hasta que pasa algo que no tiene que pasar.
Paseas por las calles Logroñesas preguntándote si es eso realmente lo que quieres para tus fiestas de San Mateo. Tu ciudad convertida en el mayor vertedero de España, y la gente cree ser feliz, pero sólo es la cara oculta de la luna, la luna que ya no quiere alumbrar la capital Riojana por pura vergüenza. Triste vergüenza, triste realidad.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Por mi Hermano.

Bueno, como en todas las relaciones fraternales medianamente normales, el hermano pequeño es siempre el que putea y el hermano mayor el que atiza después de la putada en cuestión. Pero aunque nos peleemos, aunque no compartamos ni la más mínima idea sobre, básicamente, nada, nos queremos. Nos queremos demasiado como para enfadarnos de verdad el uno con el otro.
Un texto que me leyó un colega del cual hace ya demasiado tiempo que no tengo noticias, decía que los hermanos y los amigos se pueden diferenciar como los cubatas y el tabaco, por poner un ejemplo actual. Supongamos que los cubatas son los amigos, y el tabaco la familia. Partiendo de esa base, si no rellenas el vaso del cubata, llega un momento en el que sólo te quedan los hielos, algo frío y muy simple, y después de un tiempo incluso, desaparecen. Pero con la familia no ocurre así, porque por mucho que pretendas fumar y pisotear ese cigarrillo, siempre quedará el filtro que te une a ellos. Un filtro aunque sea.

Somos iguales, nuestro ADN es prácticamente idéntico. Tenemos la misma sangre, carne para carne. Hemos salidos los dos del mismo útero, y los dos hemos compartido de pequeños las mismas cosas. Por eso es este texto, para demostrarle al mundo el profundísimo amor que siento por mi Hermano (con mayúscula), el que siempre me ha defendido de los abusones. Mi hermano, ese que se enfada conmigo cuando le llevo la contraria y en el fondo nos descojonamos por dentro, porque pensamos que los dos tenemos razón. Para el que jamás podrá hacerme cambiar de opinión con los Toros ni con el reggaeton. Para decirle a todos que quiero a mi Hermano como mi vida, del cual he heredado carpetas y libros. Que quiero a mi Hermano hasta el día en el que tenga que estar sujetando su mano en la cama junto con mis sobrinos para que la última persona que pueda tocar sea a alguien que comparte con él su sangre, su carne, su madre y padre, su vida.

Felices 24 Hermano. Pásalo genial en tu día.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Me contaron una vez...

Una profesora me contó una vez una experiencia, una breve y pequeña anécdota que le ocurrió en la facultad.

En el último examen de la última asignatura que necesitaba para aprobar, le cayó un 4'9. Ella, ofuscada, fue a ver al profesor que le había puesto esa nota, y le pidió que le aprobara, que no merecía perder todo un curso por sólo una décima, ya que de 4'9 a 5, únicamente hay una décima de diferencia.
El profesor, taxativo e impasible, dijo que un 4'9 era un suspenso, y un 5 un aprobado, y si ella no cumplía los requisitos necesarios para obtener dicha nota, no merecía aprobar.
Todo por la sencilla razón (decía el profesor) de que si sólo hay una décima de diferencia entre el 4'9 y el 5, y apruebas, te aprobaría con un 4'9. Y entonces vendría el del 4'8, y me diría que por qué a la del 4'9 le apruebé, y a él, que sacó un 4'8 y que sólo hay una diferencia de una décima hasta la nota que anteriormente había aprobado, le había suspendido, y entonces tendría que aprobarle también on un 4'8.
Pero después vendría el del 4'7, y exigiría un aprobado, ya que anteriormente había aprobado a otro alumno con un 4'8, y sólamente hay una décima de diferencia.

La razón de todo esto es disciplina. Siente la rabia que sentí yo al ver que no lo dabas todo por aprobar, al ver que no exprimías al máximo todo tu potencial. Porque para un alumno es tan doloroso suspender por una décima, como es para un buen profesor tener que suspender a uno de sus alumnos.

Nos veremos en Septiembre

martes, 14 de septiembre de 2010

Lo hice

Conseguí lo que quería.


Han subido como la espuma.



Entráis a todos los trapos.


La gente es... indescifrable... Símplemente asombrosa, lástima que se malogren de esa manera.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Duras decisiones. (parte 2)

- Jonsey - Dijo Jeff con un tono comprensivo - Tienes que hacerlo; es la misión.
Jonsey seguía con la mirada fija en el cuerpo del pequeño, y el dedo fuera del gatillo.
- No puedo hacerlo Jeff..
Su voz sonaba temblorosa, pero no por el frío que penetraba en su cuerpo en esas heladas montañas, sino por el nerviosismo que originaba ese dilema moral al que se enfrentaba.
"estamos en guerra, es una maldita guerra. Los guerreros como yo, matamos gente, siempre ha sido así". Intentaba autonvencerse de que debía disparar. "Muchos dirigentes de estado matan miles de personas todos los días, y entre ellos niños, mujeres, y ancianos, y ¿acaso duermen preocupados? no, duermen magníficamente en sus lujosas camas con sábanas de seda tejida con la sangre de los inocentes, así que ¿por qué no vas a acabar con la vida de ese maldito crío?".
Pero por mucho que lo intentara no podía dejar de pensar en que ese chaval con abrigo negro hasta los tobillos, de pelo rubísimo en forma de casco resbalando por su frente tapando una mirada azul muy oscura, no llegaría ni a los 10 años.
- Jon... dispara - Dijo Jeff transmitiéndole directamente todo lo que le decían por la radio.
Jonsey puso el dedo en el gatillo. "estamos en guerra, estamos en guerra".
- Dispara Jon.
- No puedo...- Dijo Jonsey Jadeando.
- Claro que puedes Jon, es la misión. Es una guerra, y en las guerras muere gente. Debes decidir, o la vida de ese mocoso o la de la mitad de nuestros compatriotas.
- No puedo disparar...
La tensión se podía cortar con un cuchillo. la cruceta de la mirilla de su arma apuntaba al corazón del chico, que estaba sentado en uno de los bancos de la plaza central de aquella aldea en mitad de las montañas. A su derecha y a su izquierda le acompañaban dos soldados escoltándole hasta que llegara su padre.
- Dispara, ¡ahora!
- ¡No puedo, maldita sea, no puedo cargarme a un niño!
- ¡Dispara!
- ¡Joder, no puedo!
Las lágrimas empañaban las gafas tácticas de Jonsey. No podía pensar, no podía aclararse. Un barrullo de pensamientos se arremolinaba en su cerebro, impidiéndole actuar
- ¡Maldita sea, Jonsey, métele una bala en el pecho a ese puto niño! ¡Cárgate al hijo del cabronazo que nos matará a nosotros y a toda nuestra jodida familia si no disparas!
- ¡No!
- ¡¡¡Mátale!!!
La voz del Spotter retumbó en las montañas nevadas. Jonsey soltó un grito, y todo se paralizó. Sin pensarlo, y víctima del nerviosismo, apretó el gatillo.
La bala atravesó cientos de copos de nieve. Se podía observar toda la trayectoria de la bala surcando la nieve. El proyectil llegó a su destino, y atravesó el pecho del joven. Todos los soldados se levantaron y empuñaron su armas, apuntando a todos lados, pero sin saber a dónde apuntaban. El cadáver del niño estaba tirado en el suelo, y en la pared y el respaldo del banco donde estaba sentado se observaba una inmensa mancha roja, y en el centro un agujero de un centímetro y medio de diámetro.
Jonsey abrió los ojos, se levantó rápidamente seguido por su Spotter. Ya no pensaban, y se marchaban al punto de extracción.
- Has hecho lo que debías.
Dijo Jeff tratando de animar a su amigo. Y los dos se alejaron con el trabajo hecho.
Puede que evitaran la muerte de unos cuantos, puede que cumplieran la misión, pero estaban vacíos. Vacíos por dentro.

Misión cumplida.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Duras decisiones. (parte 1)

2023 - Algún lugar de Noruega.




Las relaciones entre Rusia y Noruega se han enfríado demasiado.
El grupo Ultranacionalista Ruso y los simpatizantes con el alntiguo régimen comunista han liberado una guerra civil sangrienta y macabra que se extiende por toda Rusia.
Noruega, Finlandia, Suecia, Francia e Italia participan en ese conflicto. Los amerianos aprovechan para realizar invasiones en los países bajos e intentar reafirmar su relación con Rusia.
Y un Francotirador y su Spotter aguardan en la cresta de una duna de nieve en algún lugar de Noruega.
- ¿Novedades? - Dijo Jonsey por su radio, con el rifle apoyado en las pocas rocas que sobresalían de la cresta de nieve en ese paráje desértico. Sólo se observaban montañas y más montañas cubiertas de una nieve espesa y dura.
El Francotirador, de la 25th Division llevaba un traje blanco mimetizado, con motas negras y grises formando figuras geométricas cuadradas superpuestas, con unas botas blancas con control térmico.
Su cara estaba oculta por unas gafas tácticas y un casco con visión infrarroja, térmica, y con 3 aumentos, de color blanco con raíles grises. La máscara con forma de calavera que le cubría la parte de abajo de la cara ocultaba el micrófono por el que se comunicaba con su Spotter, a sólo 50 centímetros de él.
- Intento divisar al objetivo- Dijo Jeff mirando por sus prismáticos al lugar objetivo: Un pueblo recóndito en algún lugar de Noruega.
- ¿Quién es el objetivo? - Dijo Jonsey sin apartar la vista de la retícula de la mira de su arma.
- Creo - Jeff vaciló - Creo que es el hijo del general Svkraussen, de la 9th división de Infantería de los Rangers del ejército Noruego.
- Vaya... Parece que pagamos por los pecados de nuestros padres, ¿eh?
- Mucho me temo.
- ¿Qué ganaremos con eso?
- Interrumpir los envios de armas y munición que esperan los noruegos. El General Svkraussen paralizará a todo su ejército si hace falta por su hijo, y entonces aprovecharán los paracaidistas para intervenir y tomar esta zona.
- Comprendo.
Se quedó todo en silencio y sólo se escuchaba el rumor del viento, con esos minúsculos copos de nieve chocando contra ellos y enfriando cada vez más su cuerpo.
De repente Jeff reaccionó, y se le heló la sangre:
- Objetivo divisado, coordenadas: Delta, 34, Xray, 745, Foxtrot, Y griega, 234, mil quinientos metros al noroeste de nuestra posición.
Jonsey se incorporó y se acercó más a la mirilla. Oteó la posición de las coordenadas que había reibido, y preguntó la descripción del objetivo. Al esuharla abrió mucho los ojos, y el corazón se la paralizó.
- Diles que confirmen la órden...- Pidió Jonsey con el dedo fuera del gatillo, y muy nervioso.
Jeff desvió la mirada de sus prismáticos y fijó sus irises negruzcos en la cara de Jonsey.
- ¿Cómo dices, Jon? - Preguntó incrédulo.
- He dicho que confirmes la orden, Jeff. - Dijo tan alto que su Spotter no necesitó la radio para escucharle incluso con todo ese viento que azotaba las montañas noruegas. - No puedo matar a un niño...