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jueves, 29 de diciembre de 2011

Vuelta a las andadas


"Creo que volvió a la mala vida. Después de llevar un trágico pasado de maltrato, insultos, malas compañías y demás, volvió a las andadas. "

.... .... ... (Frases ilegibles)

"Oh no, no te creas. Era buena persona, pero su poca personalidad mezclada con vicios al alcance de la mano y voces de malas amistades en la oreja puede llegar a ser un cóctel explosivo. Después de esa amarga experiencia que te he comentado hace un momento, volvió a mezclarse con la peor mierda que pudieron vislumbrar sus cortas entendederas, volvió a fumar, y a llenar sus pulmones de mierda. Volvió a beber y a destrozarse el hígado en una acometida violenta con un placaje final hacia la pared etílica de la perdición."

... ... ... (frases ilegibles)


"Eso no está en mi mano, y la verdad es que ya me da igual. Cada persona es culpable de sus actos. Así como yo soy culpable de los míos, esta persona lo es de los suyos. Creo que no hace falta un master para entender esto. Es una lógica bastante aplastante.
Aún así, y aunque quisiera poder darle algún que otro consejo mezclado con un par de palabras bien dichas, no es asunto mío, así que no voy a molestarme un ápice por alguien que no me interesa."


... ... ... (frases ilegibles)


"Me lo sé porque lo he vivido, no pienses nada extraño. No quiero que me malinterpretes, a mi su vida no me interesa. ¡Por el amor de Dios, si no le interesa ni a ella misma! ¿Cómo va a interesarme a mi?"


... ... ... (Deberías dormir)


"Debo, debería".



Cuando dejamos que los demás sean dueños de nuestra vida, solemos creer que somos nosotros los que les tenemos bajo control. Nada más lejos de la realidad.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Sueño de Luna


Se va el sol, entre aspiraciones de retorno con una dentellada celeste. De que ahora triste y cabizbajo se oculta entre la neblina llorosa de unos ojos tristes que anhelan su vuelta: "Que de retornos se vive, pues en eso la vida es sabia, que no es el sol el que sale todos los días, sino que nosotros volvemos a él". Que aunque su cáncer, su sed, y su abrasamiento indiscriminado nos destruyan las ganas de vivir, de la vida se toma su parte el Astro Rey, y con lágrimas en el fin del mundo se le despide, esperando su cruel, pero necesario regreso.
¿Por qué te anhelamos tanto si tanto te molestas en destruírnos?
Se oculta, irónicamente tras las sombras de otro hemisferio quemado, de fatuas cadenas enganchadas a una noche iluminada por el fuego.
Dime, ¿Cuántos ilusos han jurado servirte hasta que devoraras el mundo, ladrón de universos? A saber las almas perdidas que explotan en tus entrañas.

Que por una parte el sol es muy triste. Vuelve a explotar como cada billón de años. Vuelve a ser tan miserable como era comparado con las grandes estrellas que le hacen sombra. Vuelve a fumar, vuelve a beber, vuelve a morir, vuelve a vivir, para seguir fumando, bebiendo, y muriendo, y así hasta que el universo vuelva a contraerse y a expandirse, así hasta el infinito, siempre así.

El Sol vuelve a ser patético, triste, miserable. Vuelve a sus vicios de humo y explosiones nucleares.
Me es igual. No necesito el Sol. Necesito a la Luna.

Porque un día, vi a la Luna, y sentí que su presencia me cautivaba. Ella me miró también. Y si no lo hizo, sentí lo mismo que hubiera sentido si lo hubiera hecho. Vi a la Luna después de un largo viaje, y le martiricé. Después le besé en los labios con la ternura de un cachorro recién nacido.

Y sentí lo que sentí entonces, aquella vez. Sentí que soñaba, un sueño blando y esponjoso, un sueño luminoso, lleno de vida. Con un aroma que inundaba los pulmones con una esencia aterciopelada de lavanda y cariño. Me sentí flotando en una nube. Y cuando nuestros labios se separaron por primera vez, no pude evitar suspirar, y soltar una lágrima. Después volví a juntar mi boca con la suya, y de nuevo mi cerebro decidió pensar que había corrido una maratón, y mandó la órden a mi corazón para que latiera al ritmo de la carrera.

Y soñé.


Un sueño blando y esponjoso.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad!


¡Feliz navidad!
Efectivamente, decir eso entre los jóvenes de hoy en día está mal visto. ¿Por qué? No lo sé, sinceramente. Supongo que será porque ahora si no eres un anarquista liberal con afán de revolucionario no eres nada, y claro, tienes que ir en contra de la religión, de los estados, de la navidad, de la tradición y todas esas cosas, qué se le va a hacer.

En fin, yo no creo en Dios, y sin embargo celebro la navidad con gusto y con emoción e ilusión, ya que son las únicas fechas en las que puedo ver a toda mi familia casi en su totalidad unida para cenar y comer sin problemas, sonriendo y siendo felices. Me da igual si no estamos engañando a nosotros mismos, y me da igual si eso es ser falso y vil, porque según muchos "tener que sonreír a tu familia sólo porque sea navidad es muy triste". Será triste, pero ves a tu familia sonreír, que es lo que cuenta.

De todos modos, está la parte religiosa. ¿Alguien puede decirme qué porcentaje de la población en España celebra la navidad por motivos religiosos? Quiero decir, porque se sientan realmente cercanas a Dios y quieran celebrar de verdad el nacimiento del "mesias", ¿un 5%? Tal vez me esté pasando. La navidad ya no es una fiesta religiosa, por mucho que digan las iglesias y todas esas sectas de poder. La navidad es una tradición que pretende ilusionar a la gente. Jesucristo no nació en Diciembre, sino en la primavera, entre Abril y Mayo, ya que se relata que el cielo estaba cubierto de estrellas, y los ganados de los pastores estaban al aire libre, así que es del todo improbable que Jesús naciera en esa época, por tanto, la navidad podría considerarse una fiesta pagana por el siguiente motivo: Fue el Papa Julio I el que pidió que la navidad se celebrara el 25 de Diciembre. El motivo es porque las fiestas nacionales romanas (Saturnalias) se celebraban en esa época, y recién instaurado el Crisianismo, pensaron que sería un buen sistema para acercar más la religión al vulgo. He ahí el motivo de por qué la navidad se celebra el 25 de Diciembre, pero nada más lejos de las creencias religiosas en relación a dicha época.

Además, recordemos que no sólo celebramos la navidad, sino también el cambio de año. ¿También tiene la culpa la navidad de eso?

Otro factor que influye en las protestas contra la navidad es el consumo. Antes he visto en Tuenti una foto con unos niñitos negros con platos de comida vacíos, y debajo ponía "feliz navidad". No entiendo esa foto. Qué pasa ¿Que los niños pobres sólo son pobres en navidad? También se consume mucho en otras épocas del año, como en las vacaciones de verano o las bodas, despedidas de soltero, y demás eventos. ¿Qué pinta la foto de esos niños con ese irónico comentario de "felíz navidad"? ¿Acaso es que yo, por celebrar la navidad con mi familia, voy a ser peor persona sólo porque hay gente que muere de hambre en otros países? Si te sientes comprometido con la causa, colabora como hacemos todos llevando tu ropa vieja a las ONG's, donando medicamentos caducados, o incluso puedes hacer como yo: Pagar una cuota simbólica a Caritas para el desarrollo de granjas inteligentes en África, pero por favor, no me pongas esa foto, porque carece completamente de sentido. Y si la pones, ponlo en todas las fechas del año.

Cierto es que en Navidad se consume más, pero no sé dónde está el problema. ¿No estamos en crisis? Supongo que el consumismo hará que la economía se mueva y, al menos, poder avanzar un peldaño en esta situación. No es cuestión de comprar cosas para demostrar lo mucho que quieres a tu familia, ya que en los cumpleaños también se regalan cosas. ¿Qué vamos a hacer? ¿Rechazar los regalos? Repito: Es tradición. Es obvio que no voy a querer más o menos a mi familia porque me regalen cosas o me las dejen de regalar, pero a mí (personalmente) me hace muchísima ilusión saber que mi hermano me ha comprado algo, que mi hermana tiene algo par mí, y que mis padres, en algún lugar de su cuarto, tienen algo que saben que me hará ilusión. Yo también compro regalos de Navidad, los escondo en mi cuarto, y me siento realmente feliz cuando, el día de Reyes, veo a mi familia abrir esos paquetes repletos de ilusión, y que hacen que se les dibuje una sonrisa por muy absurdo que pudiera ser el regalo. No es cuestión de gastar mucho para demostrar que amas a tu familia, sino servirte del amor hacia los tuyos para tener un motivo para regalarles algo que sabes que les hará ilusión, sirviéndote una fecha tan señalada como es la tradición de la Navidad como excusa.

Seguramente publique esto y me arrepienta, porque podría haber puesto muchas más cosas que me hubiera gustado compartir. No obstante, estoy seguro de que al igual que habrá muchas y muy diversas opiniones que coincidirán conmigo, habrá otros sectores que me criticarán y me avasallaran a comentarios y mensajes privados en diversas redes sociales. Todos tenemos nuestra opinión, obviamente.

¡¡ FELIZ NAVIDAD, y PRÓSPERO AÑO NUEVO !!

NOTA: Este texto lo publiqué hace un tiempo (nótese la diferencia de cómo escribía entonces), pero como no tenía ni la cuarta parte de lectores en aquélla época, vuelvo a publicarlo para compartirlo con todos vosotros.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Eva - Sin piedad


Incrédulo, avanzó hasta la mesilla de noche, y con las manos ensangrentadas y sobrecogido por lo que acababa de ocurrir, recogió la nota y comenzó a leerla envuelto en un silencio ensordecedor.

"Creo que esto toca a su fin. Ya no aguanto más.
No tengo mucho que decirte, y lo poco que puedo decir tampoco debería sorprenderte mucho. ¿Por qué? Porque sabes de sobra lo miserable que eres,  no hay nada que desee más en este momento que acerte sentir como la mierda que eres. 
Pero eso no va a pasar, porque por mucho que te duela, sé que no volverás a verme. Al menos no volverás a dirigirme la palabra, y de eso estoy más que convencida. Saber que jamás volverás a probar mis labios me hace sonreír.
Sé que podía haber desaparecido sin más y haberte dejado con la duda de dónde habría podido ir, de si me podría haber pasado algo... etc. Pero claro, como no me crees capaz, sé que saldrías a buscarme (eso si no te lo impide tu mísera cobardía, rata infecta), y eso indica la posibilidad, por nimia que sea, de encontrarme. No. Prefiero que sepas que me he ido llevándome un mal recuerdo de ti, dejándote tirado como un sucio perro, librándome de ti para siempre.
Tus perfidias han tocado a su fin, y ya estoy más que harta de esperar y esperar, porque no lo vales. No mereces la pena, no vales ni un ápice de lo que podría llegar a valer el pasar un segundo conmigo, y ojalá nunca te des cuenta, y sigas viviendo en esa cárcel de cobardía y patetismo que te caracteriza, escoria.
Creo que tus mentiras, tus tequieros y tus "bromitas", tocan  a su fin. Hoy, soy libre, y tú seguirás siendo la basura que eres hasta el esperado día de tu muerte.


Me consuela saber que, mientras lees esto, una mezcla de rabia y dolor se adueñará de ti, y harás lo imposible por ocultarlo, por disimularlo, o incluso por luchar contra ese sentimiento. Pero yo sé que ese dolor y esa rabia se apoderan de ti, y eso me hace sentirme mucho mejor.


¿Demasiado dura con mis palabras?
Lo siento, pero voy a desaparecer de tu vida, igual que un día desapareció de la mía la piedad.


Atte: Eva"


Abrió los ojos como platos.
- No puede ser...¡No puede ser!
Exclamó mientras enfilaba la puerta, repleto de rabia.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Regálame a Eva


- Tengo un regalo para ti.

Dijo Eva como si nada. Con una voz muy poco provocadora para lo sexy que solía resultar cuando hablaba.

Y aunque el chico no parara de preguntar qué regalo tenía preparado para él, no obtenía respuesta alguna. Eva no paraba de dar pistas falsas, de dar argumentos sin sentido y de esquivar el tema con una picardía que, por algún extraño motivo, resultaba obscena.

- El fin de semana podré dártelo.

La voz de Eva se tornó grave, con un halo de misticismo ensordecedor. Sus palabras sonaban como si quisiera callar, pero con la necesidad irrefrenable de hablar.
El receptor del presente no sabía bien qué decir. Una mezcla de nerviosismo y duda asaltaba su cabeza y rebotaba dentro de su cráneo. No podía pensar en otra cosa.


La sexualidad de Eva era algo que resultaba completamente desconocido para él, y aunque sus muchas erecciones tan sólo con su imagen en la cabeza hayan podido resultar exitosas, no estaba seguro de si se referiría a eso.
Estaba claro que Eva era una provocadora nata. Nacida con el don de atraer a los hombres y de no hacerles pensar en otra cosa que no fuera su piel blanca, su cabello ardiente, o sus pecas que disimulaban sus ojos rasgados.

Eva podía tener al hombre que quisiera, sin prácticamente ninguna excepción. Así que pensó que sería demasiado raro que le hubiera elegido a él. Al fni y al cabo sólo se conocían de un par de meses, y apenas se conocían.

Sin embargo, y para tan prematura relación, sus encuentros no sexuales resultaban bastante ardientes. Desde luego, la tensión sexual se mascaba en el ambiente, pero nunca llegaron al punto de unirse en un solo ente, definición del "coito" según la mente romántica de Eva.
Romántica y lasciva. Pues aunque inexpresiva de rostro, su cuerpo hablaba por ella. Una expresividad involuntaria que se podría decir que le caracterizaba.

Que Eva tuviera cara de no haber roto jamás un plato, no significaba que vajillas enteras de porcelana fina hubieran sido estrelladas contra el suelo por sus propias manos.

Si Eva pudiera compararse con un instrumento musical, éste sería una guitarra. Una guitarra muy cara, de madera blanca, muy fina. Con unas cuerdas delicadas, a las que hay que acariciar muy suavemente, pero siempre con sentimiento para hacerlas virar. Con unas curvas de tácto de barniz, suaves y delicadas. Una guitarra cuyo clavijero fuera dificil de domar, cuya afinación resultara toda una odisea. Una guitarra fácil de tocar, pero dificil de tocar en la tonalidad correcta.

Siempre desafinada, Eva. Siempre desafinada.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Desnúdate, Eva


Y que ahora cubras tu cuerpo, Eva.

Que ahora pueda decir que una horrible envidia me corroe. Una envidia hacia tu atuendo. Quién pudiera ser ropa para poder acariciar tu suave tacto, Eva.

Poder ser el abrigo que te arropa en las noches de invierno. Poder observar la nube de vaho que expide tu boca acaramelada, tu boca de miel, cuando hiela.

Eva, poder notar en las mejillas el tacto gélido de tu nariz, con la punta enrojecida por el intenso frío del cual viviría por aventar de tu fina anatomía. Poder sentir esa punzadita de hielo mientras nuestros labios se funden en una dulce sensación de suave terciopelo. Esa sensación en las mejillas.

Poder agarrar tus manos heladas, calentarlas con las mías. Que me mires acto seguido y que me sonrías. Que me abras la chaqueta y me agarres de la cintura, congelándome esa pequeña parte del cuerpo con tus dedos delicados.

Y que ahora cubras tu cuerpo, ahora después de tanta confianza. Que ahora te vistas, después de haber podido disfrutar el uno del otro de nuestros cuerpos calientes y lujuriosos. Que ahora la tela me impida ver tus sinuosas curvas, las cuales se movían cual bandera sobre mi sexo, gritaban tus caderas, Eva. Gritaban tus caderas.


Pero ahora te vistes. Ahora cierras la puerta, abrochas botones, subes cremalleras, cierras belcros. Ahora ocultas tu cuerpo perfecto, casi transparente. Ahora dejas a mis ojos con la tristeza propia del sol al comprobar que todavía no te has asomado a la ventana para disfrutar de su baño de fuego.


 Ígneo y alborotado, así como tu indescifrable cabeza.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Mi dolor


Ahora gélido. qué frío es todo. Esa sensación de sentir que el chaquetón que cubre tu cuerpo no es suficiente para parar el oscuro viento que azota tu cara. Y que el frío repleto de ojos llorosos inunde tu cuerpo, y que en ti penetre una sensación helada que cala hasta los huesos.



Mírate al espejo, desnudo y tiritando. Con el frío empapando tus entrañas hasta el tuétano, calados hasta la saciedad, con todos los poros abiertos. La piel de gallina, con la espesura de una lija.
Obsérvate los ojos, ¿Ves esa luz tenue que evoca tristeza en la parte más negra de tu pupila? Es la pena. Es tristeza enjaulada en un azabache brillante de penumbra miserable que ahora no te dejará dormir.
Es querer viajar atrás en el tiempo y saber que, aunque se reescriba la historia, ese borrador maltrecho quedó. Un borrador sucio, miserable, terco y tedioso. Un borrador patético y ridículo.




Me gustaría volver a conocerte. (casi)