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jueves, 12 de enero de 2012

Esta es mi guerra.


No me pagan por pulsar un botón, sino por saber qué botón es el que hay que pulsar.


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¡Soldados, monten armas!

Hemos luchado muy duro para llegar hasta aquí, y sé que las fuerzas se agotan. Sé que es muy duro esquivar las balas del enemigo, y escuchar el silbido de ese plomo asesino hiela la sangre. Pero estamos aquí porque somos los soldados de la guerra más dura que puede llevar a librarse en el corazón de cualquier persona.

Sé que es duro despedir a un líder, y también sé que es duro aguantar, seguir, resistir un día más en las filas. Sé que nuestro entrenamiento es muy pobre e inexperto, pero tenemos toda la vida por delante para aprender.

El enemigo, temblará a nurestros pies, el enemigo más mortífero de todos. Sólo tenéis que miraros al espejo.
No vamos a dejarnos vencer. No vamos a caer tan fácilmente. El enemigo espera que nos rindamos a la primera de cambio sólo porque saben que podrían aplastarnos con un solo dedo, que podrían llevarse nuestras provisiones, nuetras armas, nuestra moral, incluso. Pero... ¿Por qué no viene y, símplemente nos destruye, soldados?

Yo os lo diré. El enemigo nos ama, nos quiere, nos desea. Se sirve de nsotros para seguir respirando un día más, robándonos el oxígeno, dejándonos sin aliento, volviéndo a dárnoslo cuando más le conviene, cuando prevé que nuestro final está cerca.

Sonríe con cada batalla ganada, porque sabe que puede ventlarse esta guerra cuando le plazca. Pero nos quiere tanto como nosotros le queremos a él.

No, soldados, no vamos a rendirnos, vamos a luchar, a seguir adelante. A batallar día y noche, con lágrimas en los ojos. Con heridas lacerantes por todo el cuerpo. Con el sudor causado por el fragor de la batalla supurando en las yagas que el enemigo ha abierto en nosotros.


La guerra más dura de todas, caballeros... En la que todo vale, y la única cuyo nombre es el antónimo de si misma.


En el AMOR, y en la guerra, todo vale. Y, que yo sepa, no estoy en guerra con nadie.

domingo, 8 de enero de 2012

Bloqueo creativo


Bloqueo creativo o pereza por escribir, no lo tengo claro.
Cada día es mucho más duro enfrentarse a la hoja en blanco y pensar: Tengo que conseguirlo, tengo que hacer que todo ese infinito océano de esencia de nada rezume historias y conocimiento. Pero cada día es mucho más dificil.

No sé si es que las musas están demasiado débiles como para inspirar nada, o es que mi capacidad de redacción está mermando con el paso del tiempo. Lo único que tengo claro es que donde debería haber éxito, dedos ágiles y nerviosos aporreando teclas sin parar, ojos curiosos leyendo historias que pudieran recordarles a un pasado o aventarles un futuro, sólo hay vacío.
Blanco, blanco, y más blanco. Y cada día los pocos párrafos que escribo se hacen más pequeños, y el papel toma mucho más terreno.

A veces me imagino la separación entre lo último que he escrito y el folio en blanco como una barrera infranqueable. Un muro de proporciones bíblicas cuyo único método para atravesarlo con vida es convertir los dedos en martillos neumáticos que aporreen las teclas sin ningún sentido, orden, o coherencia, y llenar páginas y páginas de palabras inventadas, impronunciables insultos hacia mi mismo y un par de amenazas de muerte a la musa de turno, que no se digna a aparecer en mi nerviosa cabecita.
Llevo una semana, más o menos, con un bloqueo creativo del horror. Y cada vez que lo pienso se me encoje el alma.

Necesito madurar ideas, despejarme y aclararme. Los textos no salen, y desde luego no voy a sacarlos a la fuerza. Habrá que esperar.

Mis personajes se impacientan, y cada vez se ponen más nerviosos. Que si  a ver cuando me vuelves a nombrar en un relato, que si a ver si ahora puedo ser yo el protagonista, que a este paso voy a tener que volver a escribir de nuevo una descripción suya porque van a acabar olividándose hasta ellos mismos, etcétera.

Lo siento Gerald, lo siento Hans, lo siento Otto, lo siento Eva. Y sobre todo:

Lo siento, mis amadísimos, pero amadísimos lectores.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Vuelta a las andadas


"Creo que volvió a la mala vida. Después de llevar un trágico pasado de maltrato, insultos, malas compañías y demás, volvió a las andadas. "

.... .... ... (Frases ilegibles)

"Oh no, no te creas. Era buena persona, pero su poca personalidad mezclada con vicios al alcance de la mano y voces de malas amistades en la oreja puede llegar a ser un cóctel explosivo. Después de esa amarga experiencia que te he comentado hace un momento, volvió a mezclarse con la peor mierda que pudieron vislumbrar sus cortas entendederas, volvió a fumar, y a llenar sus pulmones de mierda. Volvió a beber y a destrozarse el hígado en una acometida violenta con un placaje final hacia la pared etílica de la perdición."

... ... ... (frases ilegibles)


"Eso no está en mi mano, y la verdad es que ya me da igual. Cada persona es culpable de sus actos. Así como yo soy culpable de los míos, esta persona lo es de los suyos. Creo que no hace falta un master para entender esto. Es una lógica bastante aplastante.
Aún así, y aunque quisiera poder darle algún que otro consejo mezclado con un par de palabras bien dichas, no es asunto mío, así que no voy a molestarme un ápice por alguien que no me interesa."


... ... ... (frases ilegibles)


"Me lo sé porque lo he vivido, no pienses nada extraño. No quiero que me malinterpretes, a mi su vida no me interesa. ¡Por el amor de Dios, si no le interesa ni a ella misma! ¿Cómo va a interesarme a mi?"


... ... ... (Deberías dormir)


"Debo, debería".



Cuando dejamos que los demás sean dueños de nuestra vida, solemos creer que somos nosotros los que les tenemos bajo control. Nada más lejos de la realidad.