Un gato se deslizaba cual fantasma por las desconchadas calzadas y poco embreadas carreteras de un callejón. De color blanco, ennegrecido por el paso del tiempo y la mendicidad, intenta buscar un bocado para sobrevivir otra noche.
Con el estómago rugiendo con la furia de un león, alza su gualda mirada felina, y con una sonrisa ensangrentada debido a la carroña que le hace sobrevivir, implora al cielo piedad entre maullos y auxilios.
¿Y ahora qué?¿Ahora quién? Busca tu gata maltratada por el tiempo, también. Busca tus sueños, gato callejero. Recuerda esos días en los que tu amo y ponía un cuenco de comida y otro con leche fresca para alimentarte, y no tenías que mendigar cadáveres de pájaros o ratas con el cuerpo hecho trizas gracias a un coche o un niño de barrio.
Busca la lengua áspera y húmeda que un día lamía a tu amada, y que ahora lame tus heridas lacerantes por una vida de infortunios. Esa lengua que te hace no poder gritar de dolor cada noche que pasas fuera de tu hogar, junto a tu amo.
Obedece tus propios deseos, porque sabes que quieres escribir, y cuesta. Cuesta muchísimo.
Observo el papel en blanco como un gato callejero la ventana iluminada donde mora su amo. ¿Quién pierde; el gato, o el amo? Quién sabe.
La tipografía es la ropa de las letras, y su sastre es el encargado de transformarlas en belleza. Crea letras, crea frases, crea líneas, crea párrafos, crea textos, crea libros, pero crea algo. No hay nada más maravilloso y locuaz que transmitir belleza con símbolos cicateros sin atractivo. ¡Escribe!
Si te enteras de que alguien está usando los textos de este blog como si fueran de su propiedad, te ruego que me lo notifiques para tomar las medidas oportunas. ¡Gracias!
me encanta Dani ya te lo he dicho :D
ResponderEliminarMuy buenísima entrada!
ResponderEliminarUn beso:-)