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viernes, 19 de agosto de 2011

Ella es Eva


Ella era Eva, un caramelo para los sentidos. Una bendición para la vista y el tacto de cualquier hombre. Unos 18 esculpidos por Dios, pero con manos de Diablo. De piel tan pura como el edén. Una dulce tentación era Eva, y un suspiro de terror cuando duele su ausencia. Una cabellera como el fuego, de bucles rizados hasta la espalda, que cubrían casi unos ojos de esmeraldas brillantes y húmedas, aposentadas sobre unos pómulos suaves y no muy marcados que dejaban paso a una naríz perfectamente proporcional. Cuando en la parte de abajo de su boca, un lunar asomaba pequeñito y tímido ante la humillación que pudiera producir estar ante unos labios tan sensuales.
 Con unas orejas casi de punta, pero acordes al tamaño de la cara que intentaban sobresalir entre dos mechones de pelo tan rojo como el sol en la sabana en un ocaso tan especial como Eva.

Su cuello, marcado pero muy fino, con otro lunar en la parte derecha, a unos 4 centímetros de la clavícula, la cual se marcaba muy ligeramente, dando paso a unos senos redondeados por algo superior, y haciéndo alarde del más esctricto significado de la palabra firmeza en una proporción de oro.
A sus lados, brazos enclenques, pero con esencia. Brazos de mujer, delicados y suaves, acababan en unas manos tan delicadas como la más finísima porcelana, con unos dedos largos tampoco demasiado delgados, pero inspirando fragilidad se dejaban caer.
Si también se pudiera afinar el cuerpo de una guitarra, tendría la forma de su cintura. Idónea en proporción, y perfecta en el tacto. De vientre plano y un ombligo hondísimo con otro lunar en la parte superior derecha conforme comienza.

Se apoyaba sobre unos cuartos traseros esculpidos en forma esférica, gluteos que incitaban a la lascivia, y un sensual movimiento que lo resaltaba aún más solía dibujarse a menudo en Eva. Sus caderas, cuya definición perféctamente errónea sería la de estrechas, podían provocar suspiros y jadeos. Un movimiento perfecto en su ejecución, una sensualidad digna de un súcubo que se materializaba circularmente a su alrededor.

Todo esto descansado sobre unas formas esbeltas pero no atléticas. Con la finura de la seda y la elegancia de una dama. Con las rodillas que, sin hoyuelos, se aparecían en mitad de las piernas de Eva, suaves y tersas, jóvenes y llenas de vida.

Eva solía no fijarse en su belleza por miedo a enamorarse. Tenía mucho amor que dar, pero tan inaccesible parecía que, asustada, a sus 18 descansa tranquila, maldiciendo su cuerpo.
Tan insegura como enamoradiza, y tan enamoradiza como bella. Su cuerpo tiembla a cada roce, y se vuelve lasciva a cada noche. Su cuerpo tiembla cada noche, pues la lascivia alimentan sus roces.

Ella es Eva, la niña de mis ojos, y mi conciencia.


13 comentarios:

  1. Por Dios y por todas las cosas en las que no creo! Tú me conoces, aunque firme con "Anónimo", tú me conoces!
    Has clavado hasta el lunar del ombligo y las orejas de punta..
    Aunque esa belleza de Eva debe ser imposible superar.

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  2. Eres un Crack!!! Tu novia debe derretirse por tus palabras (no me refiero a eva si no a la de verdad) si la tienes claro y si no... ya llegará :)

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  3. Hola, me llamo Eva, soy pelirroja, y perfectamente podría ser yo de la que hablas en ese relato. Tengo hasta miedo D: Pero me encantó *-*

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  4. Eres la polla!! Se te dan muy bien las descripciones!!

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  5. Me gusta esa descripción tan detallada. Describir es lo más difícil de escribir. Muy bueno.

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  6. Hola ke ase? Kinkyhush o ke ase?xDDDDDD
    Imaginaria.. ya..

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  7. Más Adanes hacen falta en este mundo que sean como tú.
    Me ha encantado, grande.

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