El corazón deja de bombear sangre al cerebro y este deja de emitir impulsos eléctricos.
Todo se para.
Oscuridad absoluta.
Ni te enteras.
Negro.
Fin de todo.
Sin Dios.
Ni más allá.
Ni nada.
Y punto.
La tipografía es la ropa de las letras, y su sastre es el encargado de transformarlas en belleza. Crea letras, crea frases, crea líneas, crea párrafos, crea textos, crea libros, pero crea algo. No hay nada más maravilloso y locuaz que transmitir belleza con símbolos cicateros sin atractivo. ¡Escribe!
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