Los muslos están tan cargados que se podrían usar como tabla para cortar embutido. Y tengo los dos meñiques de los pies hinchadísimos. Me han salido agujetas en la planta, y apenas puedo dar un paso sin retorcerme de dolor. En las manos tengo unos cayos del tamaño de piedras, y necesito ayuda incluso para levantarme de la cama. El cuello me cruje de tal forma que parece que graniza cada vez que lo muevo.
No hablemos de vestirse, ducharse, o ir al lavabo.
Me dí cuenta de que ya no soy el que era, y todos estos años de práctica, sufrimiento, dolor, pérdida de amistades, de dinero, de tiempo. Todos estos años de entrenamiento, técnica, superación, admiración, honor, valía... Todo a la basura.
Y la verdad es que no podría ser más feliz.
"No entrenes para llegar a ser como nosotros. Entrena para llegar a ser tú mismo."
(L) Estoy totalmente de acerdo con las dos últimas frases.Para un auténtico deportista lo más bonito que puede haber entrenando es dejarse su ser en ello :) Por no hablar de la satisfaccion que da el ganar despues de tanto sufrimiento :)
ResponderEliminarHace referencia a los deportes de lucha, los cuales los luchadores entrenan y entrenan para despues sufrir aunque son nobles artes.
ResponderEliminar