Todos los textos que se muestran en este blog son originales, y creados por Daniel Montes, administrador y creador del blog. Si ves cualquiera de estos relatos o textos en otra página que no sea esta, NO pertenecen a esa persona, y significa que han sido copiados.
Si te enteras de que alguien está usando los textos de este blog como si fueran de su propiedad, te ruego que me lo notifiques para tomar las medidas oportunas. ¡Gracias!

martes, 3 de mayo de 2011

Exprime pensamientos

Coge un pensamiento, cualquiera sirve, cualquier cosa que tengas en la cabeza. Un pensamiento algo grande, esfuérzate un poco. Piensa en esa idea mientras sigues leyendo.

Seguro que te ha pasado alguna vez que estás leyendo un libro con toda tranquilidad y no te das ni cuenta de lo que estás leyendo, obligándote a subir la vista y releer lo que antes habías leído. Cuando lees y piensas en otras cosas, y necesitas volver a conectar y releer lo escrito.

Seguro que te ha pasado alguna vez que, sin saber por qué, desconectas de la historia que estás leyendo para sacar tus propias elucubraciones sobre un tema, generalmente, ajeno a la obra.
Pues eso es lo que quiero que hagas. Coge una idea que esté latente en tu cabeza, una idea buena, un pensamiento agradable, un recuerdo placentero, y piensa en él mientras lees esto.
Vamos, exprime ese pensamiento, saca la esencia de la idea de tu cabeza, pero sin dejar de seguir estas líneas.

Seguro que no quieres que se acabe el texto para poder seguir con la mirada semi-perdida las letras mientras piensas en tus cosas, en esa idea que rebota en tu cabeza. No te preocupes. Al fin y al cabo estaba hablando de ese fenómeno, así que no te has perdido nada interesante, querido lector.
Seguro que tanto los escritores nobeles como a los grandes les pasa lo mismo.

¿Ya has terminado de aplastar ese pensamiento para sacar su esencia? Creo que no.
 Vamos, sigue pensándolo. Sácale todo el provecho a tus ideas, y haz que fluyan por tu mente.
 Dale la celeridad que merezca a cada pensamiento, y madura las ideas que estás pensando mientras lees este texto. ¿Eres capaz? Seguro que sí, así nació este texto de hecho.
 Con el profesor de informática hablando y hablando y hablando […] y hablando, y mientras le estaba escuchando, pensando en mis cosas. Es decir, podía entender lo que decía, escucharlo, y entenderlo, y aún así estar pensando en mis cosas completamente abstraído del resto del mundo, tal y como a veces me pasa con los libros.
Con cualquier libro.

¿Has conseguido sacar algo en claro, por nimio que sea? Tal vez necesitemos, entonces, libros con palabras sin sentido. Con cohesión, pero sin coherencia, para poder pensar en nuestras cosas. Es decir: Un libro de tamaño medio pero sin título ni historia, tan sólo frases sin sentido, todas juntas, con sus párrafos, sus capítulos, y su “historia”, pero sin coherencia. Sólo para sentir esa sensación de placer-frustración que actúa en nuestra cabeza cuando lees, y no sabes lo que estás leyendo porque estabas madurando ideas dentro de tu cabeza. Deberían existir.

1 comentario:

  1. Me parece muy interesante tu propuesta, es curiosa, nunca había pensado en ello.
    Un saludo desde la trinchera

    ResponderEliminar